
Hace sólo unos días, encuestas y expertos predecían a Syriza muy cerca de sus rivales conservadores, Nueva Democracia, pero finalmente Alexis Tsipras ha recibido un balón de oxígeno. El resultado electoral del domingo le asegura un mandato claro después de ganar sus segundos comicios en menos de nueve meses.
Ha logrado alzarse como gran vencedor de las elecciones, por delante del conservador Nueva Democracia, con unos resultados muy similares aunque con ligeramente menos apoyos que en la anterior ocasión. Además de la victoria de Tsipras destaca que la extrema derecha de Amanecer Dorado aparezca en tercera posición, con un 7 % más de votos que en los anteriores comicios.

La situación ahora en Grecia se mantiene. El líder de Syriza ha anunciado que reeditará coalición con ANEL, una formación nacionalista que ya le prestó apoyo. Sumando sus fuerzas consiguen 155 de los 300, lo que supone la mayoría absoluta que le da fuerza para gobernar.
Los críticos se preguntaban si valía la pena la celebración de unas elecciones que dejaban a Grecia con el mismo gobierno que antes. Pero Tsipras se encuentra ahora en una posición más fuerte de cara a las medidas de rescate pactadas con Bruselas. Asegura que los griegos se han enfrentado a un camino difícil y que la recuperación económica sólo viene a través del trabajo duro.
El país tiene ahora por delante las medidas más difíciles: subidas de impuestos y tal vez más recortes a los salarios, entre otras decisiones. Tsipras apela a la resistencia y la dignidad para afrontar los próximos cuatro años.
Otro punto destacable no son los resultados de las elecciones, sino una participación baja para lo que son los estándares griegos con una cifra cercana al 55 %. Éstas han sido las quintas elecciones generales que se celebran en el país desde 2009 y sólo en lo que va de año han acudido a las urnas en tres ocasiones: dos elecciones generales y un referéndum.